Esta obra muestra el traslado del sagrado original del centro de la ciudad de México, donde se localizaba el edificio del Arzobispado de México hasta la primera ermita,

primitiva y de adobe que se localizaba a las faldas del cerro del Tepeyac para dejar ahí la venerable imagen.

En el lado derecho de la pieza, se observa el primer obispo y arzobispo de México Juan de Zumárraga y cerca del altar a Juantzin Diegotzin, juta a su tío Bernardino,

se aprecia un indígena tirado en el piso herido por una flecha debido a que participo en una fiesta llamada “mitote” dentro de la que se simulaba una batalla entre mexicas

y las bélicas tribus que vivían al norte del territorio que hoy llamamos México, esa representación está en el ángulo superior derecho.

También se puede apreciar la procesión sobre el lago de Texcoco encabezada por caciques y nobles indígenas.

Además, está un soldado español al centro que te observa fijamente a los ojos no importa donde te coloques, esta cualidad se le conoce como poliangularidad.